Importancia de las semillas nativas

Una semilla es mucho más que el origen de una planta, una flor o un alimento. Una semilla es el principio de la vida y es capaz de recuperar por completo un suelo degradado hasta el punto de convertirlo en un espacio vivo capaz de ofrecer servicios ecosistémicos. Esas semillas se podrán usar en los lugares más variopintos, pues ofrece un variado mosaico de posibilidades desde cunetas de las vías del tren hasta los alcorques que vemos en nuestras aceras, pasando por jardines, espacios urbanos y periurbanos abandonados, cultivos de viñedos, olivares, dehesas, diversas infraestructuras. Todos estos lugares, si están degradados, pueden llenarse de vida gracias a flores nativas.

En el marco del proyecto Fleurs locales, se definen las semillas nativas a usar en un proyecto de restauración como el material de reproducción procedente de la flora autóctona que se recolecta lo más cerca posible de la zona de intervención y que mantiene las características fenotípicas y genotípicas de las poblaciones silvestres de la zona.

En este sentido, es importante señalar que autóctono no es sinónimo de nativo, ya que algunas especies pueden ser nativas de una zona pero también mostrar características seleccionadas por el hombre (por ejemplo, para fines de jardinería) o rasgos de otras áreas biogeográficas (por ejemplo, en el caso de plantas que tienen una distribución muy amplia). Nativo tampoco es sinónimo de local, ya que nuestros paisajes albergan un número importante de especies introducidas procedentes de otras áreas biogeográficas.

Freno al cambio climático

La clave para conseguir recuperar biodiversidad con las flores es la calidad de esa semilla que, ante todo, ha de ser nativa, es decir, del lugar en el que se va a sembrar. Porque eso le permitirá no sólo tener un índice alto de éxito en la implantación, sino además, crear un ecosistema fuerte que sobrevivirá y se autoperpetuará. En este complejo, pero apasionante trabajo se encuentra el proyecto “Fleurs locales”.

La pérdida de biodiversidad es uno de los principales problemas actuales, acelerado por el cambio climático, y el proyecto «Flores locales» pretende proponer acciones válidas para frenar este declive en los agroecosistemas de la región del SUDOE.